martes, 31 de enero de 2012

LA SOLE: CUANDO LLORA MI GUITARRA

ATAHUALPA DEL CIOPPO CORTESÍA WIKIDEPIA

Atahualpa del Cioppo
Américo Celestino Del Cioppo Fogliacco
Nacimiento 23 de febrero de 1904
Uruguay, Canelones
Fallecimiento 2 de octubre de 1996, 92 años
La Habana
Nacionalidad uruguayo
Ocupación director teatral



Américo Celestino Del Cioppo Fogliacco –conocido como Atahualpa del Cioppo - director teatral uruguayo nacido el 23 de febrero de 1904 en la ciudad de Canelones y fallecido en La Habana el 2 de octubre de 1996.

En 1936 crea el grupo teatral La Isla de los Niños, como una forma de explorar la sensibilidad infantil con respeto y, a la vez, preparar la formación de futuros espectadores adultos, recorriendo todas las etapas del desarrollo – infancia, adolescencia y edad liceal, juventud a nivel universitario- política cultural que aún hoy se aplica, en los planes de extensión de El Galpón, célebre conjunto teatral del que fue uno de sus fundadores en 1949.

En 1959 dirigió el estreno en castellano de El círculo de tiza caucasiano de Bertolt Brecht autor del que fue gran especialista, también se destacó como director de obras de Antón Chéjov, Maxim Gorki, Arthur Miller, Luigi Pirandello, Ibsen, Shakespeare y autores nacionales.
Fue invitado a dirigir en Caracas, Lima, Chile, Bogotá, Cuba, Berlín y Buenos Aires. En Colombia trabó amistad con el teórico Enrique Buenaventura dirigiendo sus obras La orgía y La maestra.
Entre sus más notables discípulos se encuentran los directores Ugo Ulive y Jorge Curi.

la década del 70 fue obligado a exiliarse por la dictadura militar uruguaya.
Recibió el Premio Ollantay en 1978 del Centro Latinoamericano de Creación e Investigación Teatral (CELCIT), Premio Florencio y el Premio Nacional Cyro Scoseria uruguayo. En 1984 recibió la medalla Haydée Santamaría Cuadrado del gobierno cubano y en 1991 la medalla Gabriela Mistral del gobienro de Chile.
Actualmente lleva su nombre un premio del Festival Iberoamericano de Teatro de Cádiz.

PREMIO TEATRAL ATAHUALPA DEL CIOPPO

lunes, 30 de enero de 2012

CESAREO MARTINEZ (HOMENAJE) EN PROCESO : ROSINA VALCARCEL, JOSE LUIS AYALA


Nota del blog

Asistimos al reciente homenaje al poeta  Cesareo ( Chacho) Martinez, en la casona de San Marcos. Por razones de trabajo no se pudo llegar a tiempo por ende no se grabó   todas las intervenciones. En tal sentido queda abierto, en proceso  el presente homenaje. Contamos en primera instancia con las intervenciones de Josè Luis Ayala y Margot Palomino.

Si lo consideran conveniente, pueden remitirnos anecdotas, testimonios, poemas de alusivos del poeta Cesareo Martinez. Prometemos iguamente entrevistar amigos, y/o compañeros de nuestro poeta.
Un saludo cordial

BSPA

BREVE BIOGRAFIA


Cesáreo Martínez. Nació en Cotahuasi, Arequipa, en 1945. Murió en el 2002. Publicó, entre otros libros, Cinco razones puras para comprometerse (con la huelga), Donde mancó el árbol de la espada y arco iris (bando para que la dirigencia se alínee con las masas), Celebración de Sara Botticelli y El sordo cantar de Lima.


AMANECE


Es una bestia que bufa
Desde el amanecer bufa y dibuja
Habría que verlo cómo sufre
Demasiado limpio para vivir
Sufre y acontece



Lentamente arrastra su nombre
desde el pasado milenio
Demasiado torpe para gozar
Durante el día bufa y abre sus
ojos brujos



Palabras del blog;

La primera que acudio a nuestro llamado fue

Rosina Valcárcel / Mariátegui
29/01/12



Tu cantar nos conmueve en la Edad de Oro
La niebla envuelve tu novel estatua
El ojo de la noche cesa de volar
La lechuza desciende al bosque
Donde yacen tu aliento y el Sol milenario
Mi ira arrastra tu nombre y los tulipanes
Iniciemos la marcha
Con la alegría del maestro
¡Abajo el miedo! No duele la médula
Ni tu cuerpo desarraigado se estrella contra los árboles
Tu amor asiste a la hora de Giordano Bruno
Tu armadura no se oxida te viste fulgurante
Entre pájaros, hondas y fantasmas
El bardo de los ojos almendrados
ronronea sobre el tejado de Chosica
Tu insomnio es un tonel de vino tinto, Romeo
Y silbas desde balcones antiguos
Tu mujer es una ofrenda de los Apus
Sara Boticcelli sin cabello de Medusa
Y la disfrutas atravesando cordilleras
La amistad no se quiebra
Ni la patria se apaga
Como los espejos y las sombras

INTERVENCIÓN DE ESCRITOR JOSE LUIS AYALA






CHACHO EN EL HORIZONTE  
(27/1/ 2012)  
por Juan Cristóbal  
Se cumplen diez años de la desaparición de Cesáreo “Chacho” Martínez, poeta nacido en  en 1945 y desaparecido un 27 de enero, a mitad de la mañana, y parece que fuese ayer cuando conversábamos en la esquina del parque Fraternidad, en San Miguelito, donde vivió un buen tiempo, cerca de mi casa, donde me contaba que a los 19 años terminó sus estudios secundarios y que llegó a Lima en 1964, pensando que en las calles también crecían naranjas y palomas.  
Chacho, me pareció un ser permanentemente lanzado al infinito, por eso vivirá por siempre en el horizonte de nuestras vidas. Y motivos y razones no le faltan. Un hombre que vivió explosivamente y que murió de la misma manera, pensando, tal vez, en las cinco y múltiples esperanzas que tiene esta vida para entregarnos a ella a pesar de sus oscuridades y desgracias. Alguien que nació en Arequipa, en Cotahuasi, mirando los cóndores del Colca, y que fue y es a esa tierra lo que el viento es a la naturaleza y a la cultura de nuestra patria. Que le impacientaba las injusticias contra los más pobres y humillados de su patria, que apoyaba con su propia vida los paros y las huelgas de los trabajadores del país (y no de una manera coyuntural), que era un digno inmigrante y no un simple emergente (como lo demuestra su conmovedor y desgarrante libro “El sordo cantar de Lima”, tan poco comentado y que hoy debería ser una lectura obligatoria para los partidos o militantes de izquierda, que conocen tan poco este sector), que estaba atento a los latidos de la realidad y de la vida cotidiana y de sus amigos, alguien que cuando miraba de costado y se sonreía con una cierta carga de ironía era un peligro inminente, pues podía explotar volcánicamente para rebatir los argumentos que no consideraba dignos del adversario, alguien que no era un cantor, pero que cuando se le encendía el cielo de sus ojos y las nostalgias de los recuerdos nos podía entregar las melodías más tiernas y amorosas de alguna canción andina, no se puede olvidar tan fácilmente, porque su poesía y su vida no se callan.  
Nuestra amistad duró años, tuvimos muchas jornadas de lucha y de contradicciones (jamás de alejamientos), de lecturas de poemas, de hablarnos sobre nuestros proyectos literarios y personales, de nuestros amores escondidos y muchas veces rechazados, de beber eternamente algunas cervezas en el día o en la noche, en el mar o en algún pueblo joven o en alguna esquina clandestina o casi innombrable con las fieras más terribles del planeta, no puede desaparecer, así porque así, del sentimiento de nuestros días, del calor de nuestra memoria, de la realidad de nuestras entrañas. más aún, cuando alguna vez convenimos, después de una pequeña pero intensa duración, que morir era vivir más tiempo y mejor, a pesar del tiempo invisible de la desaparición. Era, tal vez por eso, que en la presencia inaugural de un Año Nuevo, a las 5 y media de la mañana, como diría el angelical García Lorca, en presencia de Hernán Alvarado y de un árbol frondoso y lleno de años arrugados, nos dimos un beso de amigos y la gente que nos vió (siempre tan mal pensada) creyó que estábamos actuando para una película norteamericana, cuando solamente era una escena para “Pasaron las grullas”.  
Como no recordar, antes de su partida, que presentó una antología mía y que me dio a leer su último libro (que nos costó tanto publicarlo por las tantas absurdidades de la burocracia del ministerio de educación y de algún otro organismo fantasmal), que, lastimosamente, los críticos o reseñadores culturales tampoco lo han comentado, que lo han ignorado de la manera más innoble posible no sabiendo lo que se pierden y lo que hacen perder a los lectores. Cómo olvidar las parodias que hacía del tío “frejolito” y de los líderes de la izquierda cuando no querían llegar a la toma del poder y cambiaban, en cada acto electoral, un nombre de la consigna central. Como recordamos, la consigna central de la Izquierda Unida en su primer momento era “Por el camino de Mariátegui, Luis de la Puente Uceda y Guillermo Lobatón”, para al final quedarse sólo con el nombre del Amauta.   
De Chacho se podrían contar innumerables anécdotas e historias, porque fue un hombre lleno de vida y de amistades, por ejemplo con el inolvidable Paco Bendezú, cuando viendo alguna película en el cine o en la TV o algún hecho de la vida callejera, hacían frases poéticas o irónicas que el otro terminaba y empezaba, para que el otro volviera a terminar y empezar. Como olvidar su amistad entrañable con Juan Ojeda, el mejor poeta del 60 para acá y para allá, con Alfredo Portal, el temible bucanero navegando permanentemente por los muelles de Lima con su querido Volks Wagen, con Rosina Válcarcel, la cual recibía infaltables llamadas cuando su recuerdo le llegaba con las estrellas de la noche, con Patricia del Valle, la del andar y hablar pausado como tratando que jamás termine el día y una de sus musas predilectas, con Walter Tinta, el geólogo de nombre imborrable. Como dejar de mencionar a su hijo, Agustín, a quien amaba como sólo un hombre parado en el corazón del horizonte puede amar al que lo va a proseguir, de alguna u otra manera, en este paraje duro de la existencia.   
En fin, también podríamos hablar de los fantasmas, de las dudas, interrogantes que le recorrían sus recuerdos y la piel maltratada de su patria, materia prima de su ardorosa poesía, pero eso será para un próximo homenaje, cuando el otoño, el glorioso otoño de siempre, nos haya hecho pisar el palito herrumbroso de sus días y estemos en el sinfín del paraíso de la buena o mala suerte, pero con generosas amistades, y no importa si con desenfrenadas y celestiales compañías.  
Juan Cristóbal  


LAS PALABRAS
Manuel Agustín Martínez Cáceres

De niño, la “palabra” serio evocaba para mí todo aquello concerniente a los adultos
y ajeno a cualquier concepto infantil. Evidentemente, como todo niño que tan solo quería crecer, discutir de los temas serios me hacía sentir importante y maduro. En ese contexto, era normal que considerara mi padre como una persona antipática, pues muy pocas veces me tomaba “en serio”. En sus conversaciones y observaciones, mi padre buscaba siempre la manera perfecta de burlarse de mí y tomarme el pelo. Siempre queriendo hacerme creer que las montañas deambulaban en procesión hacia el este, a las cinco de la tarde. Que si un pobre perrito no puede alcanzar su objetivo, “el perro unido jamás será vencido”. Siempre remarcándome que el peruano es una persona muy cuerda, porque a cada cuadra se leía unapancarta “SE VENDE RAZÓN AQUÍ”.

Fue una época muy difícil. Mi padre, dándose cuenta de que la violencia y la opresión
lo acompañarían aún durante algunos años más de su vida; y yo queriendo ser una persona adulta, “seria”, diciéndome que Martínez era un bonito apellido, pero que no había existido hasta ahora ningún presidente Martínez. Y dale con lo de ser serio. Al leer Cinco razones me levanté contra él y me dije a mí mismo “¿Por qué mi papá nunca me habló realmente de su lucha, tan seria?” Porque en realidad nunca lo hizo. Y anduve amargo con él durante algún tiempo.

Hace seis años, cuando él se convertía en el papá modelo que todo universitario
sueña tener, me llamaron para decirme que Cesáreo Martínez acababa de morir. Mi primera reacción, por supuesto, fue de ponerme a llorar como todo hijo que pierde a su padre. Luego me puse a recordar muchos de aquellos momentos pasados en su compañía. Cómo lo quería cuando, aún niño, me sacaba a pasear (y de paso me perdía el 50% de las veces) llevándome al parque central de Chosica, donde podía vengarme haciéndole pagar mis video-juegos. Cómo lo odiaba cuando se aparecía delante de mis amigos con su broche “Democracia Ya” que hacía reír a más de uno (en realidad teníamos ya 15 años y pensábamos, ingenuos y ciegos, que Fujimori no estaba tan mal en la presidencia del país). Reviviendo todo tipo de recuerdo comprendí al final que mi padre nunca se burló de mí, sino que participó activamente a mi formación. Si nunca quiso directamente darme clases de moral o de justicia, su modo de vida y sus acciones siempre estuvieron ahí, formándome indirectamente.

Creo que mi padre, imitando la naturaleza, era una persona amoral, demasiado libre
para poder tener una línea de acción que no fuera guíada por su “instinto” de ser humano. Sus textos lo demuestran. La lucha por la libertad, la justicia y la verdad que él emprende en muchos de sus escritos son para mí el resultado de un razonamiento instintivo y no el fruto de una educación cívica. Un hombre que se fiaba muchísimo a su instinto e intuición, confiando en sus amigos, aspirando a la libertad y sobretodo protegiendo la verdad.

Los que conocieron a “Chacho” Martínez (nunca lo llamé así, no me gusta ese
sobrenombre) saben que le encantaba jugar con las palabras. Y al decir “jugar con la palabra”, quiero decir que mi padre la antropoformizó y la convirtió en su compañera de juego. La palabra, ese conjunto de sonidos y fonemas que transmiten una idea, considerada por muchos eruditos como la herramienta principal que define al ser humano, no era la herramienta sino la compañera de juego de mi padre. ¡Cómo extraño esos delirios que tanto me enervaban! ¡Cuántas veces más deberé esperar escuchar aquellas frases torturadas y cambiadas, que tanto
lo hacían reír!

Hace seis años y medio entonces, mi padre se fue de este mundo. Se llevó consigo
su estruendosa carcajada y su profunda mirada. Contento y casi llorando se despidió de mí unas semanas antes. Instintivamente, se despidió también de algunos de sus amigos. Y si el Perú perdió un buen escritor y un soñador nato, yo perdí a mi padre (que honestamente, no era un padre nato). Se fue antes de que pudiera presentarle “la amiguita”, antes de que pudiese siquiera hablarle de ella, incluso antes de que pudiera invitarlo a comer a algún restaurante para festejar un cumpleaños más. Ni siquiera tuve la oportunidad de decir “Ya, ya” a sus sendos consejos una vez más.

No soy capaz de juzgar el valor literario de Sol de Ciegos. Mi formación y mi
ignorancia literaria me lo impiden. Sin embargo, amo ese manuscrito como si fuese la
resurrección de mi padre. De todas sus obras, Sol de Ciegos muestra un Cesáreo Martínez que se asemeja más a la imagen que guardo de mi padre. Un hombre que teme la soledad, la mentira, enamorado de su estilo de vida, de su instinto-convicción; un hombre con el que me gustaría identificarme. Un mejor amigo con problemas (como todos en realidad), humano, justo. Con muchos defectos que no enumeraré, pero señalaré su existencia, convirtiendo mi padre en un hombre normal y no en un héroe. Muy parcialmente, entonces, afirmo que Sol de Ciegos es la mejor de sus obras.

Con la adolescencia y la rebeldía, mi padre se convirtió rápidamente en un modelo
para mí. Sus ideales y sus convicciones sociales ayudaron a formar los míos. Su buen humor y su pasión por su trabajo me sirven hasta ahora para poder continuar con el mío. Su pasión por la literatura dejó en mí, pobre científico cartesiano, la manera perfecta para otorgar un poco de arte y belleza a mi mundo y a mi vida.

Hace poco, leí por la enésima vez Sol de Ciegos, y me hizo tanto bien. Y es
que es hermoso poder reír y llorar delante de una hoja escrita. Citaré un verso de este poemario ‘Mirando los cerros’: “Hijo, ¿qué te pasa? Tu padre volverá pronto”. Pero mi padre jamás volvió. Sólo las palabras de mi madre siguen sonando en la noche.

Manuel Agustín Martínez Cáceres

Texto enviado con ocasión de la presentación del libro póstumo Sol de Ciegos de Cesáreo Martínez
en la Casona de la UNMSM, en julio de 2008



La lucha peruana en la prensa española

From: daniel mathews <danielmathewsc@gmail.com
Date: Sun, 29 Jan 2012 19:03:58 -0300
Subject: la lucha peruana en la prensa española
To:
Los pueblos indígenas amazónicos están sufriendo la presencia abusiva y
contaminante de las empresas petroleras. La Organización Regional de
Pueblos Indígenas del Oriente (ORPIO) ha convocado a una movilización
unitaria, en la ciudad peruana de Iquitos, el próximo 1 de febrero.
En un comunicado, la ORPIO denuncia la situación de "nuestros hermanos de
la costa y de los andes que sufren los efectos negativos de la minería".
Después de 40 años de actividades extractivas, las petroleras "han dañado
nuestros peces, nuestras quebradas, nuestras cochas, nuestra tierra y el
agua que nos da vida. Las cuencas del Corrientes, Tigre, Pastaza, Chambira
y Marañon sufren en la actualidad por los impactos de las empresas
petroleras. El resultado de estas operaciones es lamentable y nos llena de
justa indignación".
Los pueblos indígenas del Amazonas advierten: "Alertamos al pueblo de
Iquitos que el agua de la cuenca del Nanay que abastece a la ciudad, está
en serio peligro por el inminente inicio de actividades petrolera.
Nosotros los indígenas que hemos vivido este flagelo anunciamos que
estaremos juntos con ellos también defendiendo sus derechos. El agua no es
una mercancía, el agua es un derecho!".
Con respecto al gobierno de Humala, que recientemente ante los
representantes de las grandes empresas transnacionales mineras puso en
venta al Perú en los salones del Gran Casino de Madrid, los indígenas del
Amazonas son contundentes.
"Como la mayoría de peruanos que luchamos por una alternativa diferente de
gobierno, nos sentimos profundamente decepcionados y ofendidos por la
actuación del gobierno de O. Humala. Este gobierno en vez de cumplir con
sus promesas de defender el agua y la vida del pueblo peruano, reprime y
amenaza con mano dura a quienes ejercemos el derecho a la defensa del agua
como derecho humano y el derecho a decidir sobre nuestros territorios".
Antes de llamar a la movilización "permanente", la ORPIO expresa su
solidaridad y apoyo a la lucha del pueblo de Cajamarca en contra del
proyecto Conga, en defensa del agua, la vida y el derecho de los pueblos
indígenas. La ORPIO considera la movilización del próximo 1 de febrero
preámbulo a las grandes movilizaciones que confluirán entre el 9 y 10 de
febrero bajo el lema "El agua no se vende. El agua se defiende. Conga no
va, ni aquí, ni allá. No más actividad petrolera en Iquitos".

--
Daniel Alfredo Mathews Carmelino
Parcela 16 Lote 3 Valle Nonguen
Teléfono celular: 66422886

Atossa.- ¿Quién es su rey y el señor caudillo de su ejercito?
Coro.- No se dicen esclavos ni subditos de hombre ninguno
(Esquilo, Los persas)
-- 

domingo, 29 de enero de 2012

WALTER VENTOSILLA : NINACHAY


ENTREVISTA A PERIODISTA MEXICANO ELID RAFAEL BRINDIS GÓMEZ (270112)




Un Tema de Actualidad, EL TUNGSTENO de CÉSAR VALLEJO

*Un Tema de Actualidad*
*EL TUNGSTENO*
*(César Vallejo)*
En el tiempo en que vivimos, puede parecer una antigualla
histórica, una acción nostálgica o una irresponsable conducta arqueológica
reivindicar y comentar la novela *El Tungsteno* de César Vallejo, cuando
todo el canon occidental considera al autor, De España, aparta de mí este
cáliz como uno de los grandes poetas del siglo XX, al tiempo que deja al
margen, a la sombra, sus novelas y cuentos. Las explicaciones de esta
dicotomía, poesía y narrativa, no ha concluido aún gracias a nuevas
propuestas de análisis que han dejado abiertos nuevos horizontes.
Así John Beverly, hispanista marxista autor de uno de los
análisis más lúcidos de las *Soledades* de Góngora, reivindica la
literatura narrativa de América Latina escrita principalmente en los años
treinta y cuarenta y que está relacionada con los proyectos de las
izquierdas y las luchas populares que tienen como objeto de representación
el imperialismo en el sentido leninista, es decir, con la moneda social,
novela proletaria, realismo social o realismo socialista. Por otra parte,
Fredric Jameson nos explica que muchas de estas novelas se estructuran como
alegorías para explicar la colonización y el saqueo del imperialismo en la
historia, lo que rompe los rígidos moldes de las interpretaciones sesgadas
y reduccionistas. Y, por último, creemos que toda narrativa y poesía
vallejiana son el mismo vaso comunicante, es decir, el enriquecimiento de
ambas produce un enriquecimiento recíproco tanto desde el punto de vista
histórico como literario.
César Vallejo publica *El Tungsteno* en el año 1931 en la
colección "*La novela proletaria*" de la mítica editorial *Cénit* (Madrid)
junto a otras novelas de carácter social y político como *El don
apacible*de Mijail Sholojov y
*100 por 100* de Upton Sinclair. La escritura de esta novela coincide con
la aceptación y compromiso del escritor con el marxismo, que se ha
producido en un proceso de reflexión crítica que data desde su llegada a
París, en el año 1923. En estos años veinte, el panorama literario está
dominado por los vanguardismo, pero nuestro poeta adscrito a estos
movimientos -ahí está Trilce su contribución a los istmos- rompe toda
ligazón con ellos expresada fundamentalmente en su escrito "*Contra el
secreto profesional*" (1927) en el que expresa, entre otras afirmaciones,
que todos los vanguardistas lo son por cobardía o indigencia. Esta actitud
se radicaliza en "*Autonomía del surrealismo"* en 1928, año que coincide
con su viaje a la Unión Soviética y que será el punto de partida de su
libro el "*Arte y la Revolución*" formado por una serie de artículos
publicados en diferentes diarios, nacidos de sus experiencias en Rusia. En
ellos se propone articular una estética marxista, al tiempo que podemos
comprobar su trayectoria, sus crisis y la correspondencia entre su poesía y
pensamiento.
En este contexto de afirmación del marxismo, compromiso
político y de identificación activa con la Revolución Rusa y reforzado por
la efervescencia sociopolítica que se vivía en España en los primeros meses
de 1931, redacta y publica *El Tungsteno* sin perder la perspectiva del
proceso capitalista que, según él, está condenado a la debacle por sus
contradicciones congénitas, opinión recogida en su ensayo "*Duelo entre dos
literaturas*" (1931) en el que saluda y aplaude la literatura burguesa que
contiene el espíritu y los intereses del proletariado expresados por el
tema, por su contextura psicológica o por la sensibilidad del escritor con
fervor voluntarista. Sin embargo, este límite se ve superado en *El
Tungsteno* al confluir en ella la voluntad proletaria, el carácter nacional
y el indigenista, al tiempo que dimensión antimperialista.
El tiempo de *El Tungsteno* es cuando en Europa ha estallado la Primera
Guerra Mundial y Estados Unidos se prepara para intervenir en la misma. El
espacio en el que se desarrolla la acción es Quivilca, departamento del
Cusco en la vertiente oriental de los andes peruanos donde viven en paz en
una pequeña cabaña de indígenas, los *soros*, hasta que una empresa de
Norteamérica dueña de las minas del tungsteno, mineral necesario para sus
planes bélicos, inicia su explotación que provoca un cambio económico en la
región y una salvaje liquidación de la población autóctona.
El discurso narrativo es lineal, sin ningún tipo de experimentalismo,
aunque a veces aparece el *flash back* como elemento objetivador del
relato. En su desarrollo, tres secciones marcan la evolución marcan la
evolución de los acontecimientos. En la primera, se perfilan las
características de los personajes en dos grupos, explotadores y explotados,
que ponen de manifiesto la candente lucha de clases. En el primer grupo,
los gerentes, altos empleados y directores de la empresa; y los técnicos
especializados, a los que hay que unir el cura, el maestro de escuela y el
comerciante. Al lado de estos los mineros y "*los soras*" que son
esquilmados de todo lo que poseen. La culminación del ambiente de brutal
deshumanización ocurre cuando se produce la violación sistemática de
Graziela, que las fuerzas vivas se habían jugado "al cacho" (a los dados)
En la segunda parte, los conflictos se agudizan después de que los
habitantes de Quivilca se sublevan liderados por Servando Huanca, un
herrero con una clara conciencia de clase, después de haber contemplado la
crueldad y abuso de los poderes económicos, represivos y militares, contra
la captura y traslado de dos "conscriptos", dos indios jóvenes, que habían
realizado vía crucis de tormento y tortura, bajo pretexto que cumpliesen el
servicio militar, cuando su finalidad era que trabajaran en las minas.
Y ya en la tercera parte, se produce un diálogo de análisis y pedagogía
política entre el herrero y dos personajes de la novela con una voluntad
explicativa de los acontecimientos narrados que no añaden nada al discurso
narrativo, pero que se explica por las exigencias históricas. Esta licencia
no impide que *El Tungsteno* permanezca vivo por su lenguaje, por su
narratividad y, porque aún hoy día, sabemos que la explotación
inmisericorde sigue asolando al mundo.
*Antonio José Domínguez*
*Mundo Obrero**, PCE www.pce.es*
*Nº 43 diciembre 2011, Pág. 28*
*Cultura y Comunicación, Un mes Un libro*
*(Incluye foto de César Vallejo y carátula del libro)*
*Nota*.- César Vallejo (1892–1938), poeta peruano que pasó del
modernismo al vanguardismo (*Los Heraldos Negros*, *Trilce*), al marxismo,
es considerado como cumbre de la poemática peruana, "el orto de una nueva
poesía en el Perú" (JCM). Su obra poética es más conocida que su narrativa.
Sus textos completos, conservados amorosamente por su compañera Georgette
Philippart Travers, fueron publicados por *Moncloa Editores* en 1967,
rescatándose así a otro de los grandes marxistas peruanos.
En 1931 publicó *El Tungsteno*, reseñado ahora por Antonio José
Domínguez. También publicó *Rusia en 1931*, tras su viaje al país de los
Soviets. Luego preparó *Paco Yunque*, aleccionador cuento infantil. Y de
1939 datan sus *Poemas Humanos* así como *España, aparta de mí este cáliz*,
que le dio resonancia internacional.
Reivindiquemos *El Tungsteno,* parte de la reivindicación
del *Socialismo
Peruano*.
Ragarro
25.01.12
--
Luis Anamaría http://socialismoperuanoamauta.blogspot.com/
http://centenariogeorgettevallejo.blogspot.com/
http://socialismoperuano.blog.terra.com.pe/
cel 993754274

sábado, 28 de enero de 2012

LA HISTORIA JAMAS CONTADA DE ADOLFO HITLER


A propósito de la no inscripción del Movadef : EL APRA FRENTE AL ESPEJO

---------- Forwarded message ----------
From: Gustavo Pérez Hinojosa <gperezhinojosa@gmail.com>
Date: Fri, 27 Jan 2012 12:55:09 -0500
Subject: A propósito de la no inscripción del Movadef : EL APRA FRENTE AL ESPEJO
To:
*"**Tadeo Isidoro Cruz tuvo la impresión*
* de haber vivido ya ese momento**".*
*"Comprendió su íntimo destino de lobo,*
* no de perro gregario; *
*comprendió que el otro era él"*.

"Biografía de Tadeo Isidoro Cruz"
*de Jorge Luis Borges*
* *
*A propósito de la no inscripción del Movadef*
* *
EL APRA FRENTE AL ESPEJO
* *
* *
* *Por los 30 y hasta los 50, el Partido Aprista Peruano (PAP)
era considerado por las Autoridades Gubernamentales como una organización
terrorista, y no electoral, a la cual se acusaba, entre otros, de la
insurrección popular de Trujillo (1932), del asesinato del Presidente Luis
M. Sánchez Cerro (1933), de los esposos Antonio Miro Quesada y María Laos
(1935), del Comandante Segundo Morales Bermúdez, de Francisco Graña Garland
(1947), y de la insurrección militar-popular de Octubre del Callao (1948),
lo que la llevó a que viviese fuera de la Ley hasta 1945 y fuese perseguido
por la Dictadura de Manuel A. Odría y se ejerciese sobre él "veto militar".
Tal circunstancia impidió que participase electoralmente durante largos
periodos en los cuales apoyo a otros Candidatos.
REFORMISMO O REVOLUCIÓN
Un somero análisis de la propuesta aprista "auroral" nos
muestra que tras las imputaciones de "radicalidad" su objetivo claro era el
desarrollo y expansión del capitalismo nacional impedido por el
imperialismo para que sobre esa base se desarrollase luego el socialismo,
de forma tal que estaba claro que, conforme a su teoría el APRA no buscaba
la instauración del socialismo, en forma inmediata. Ello la oponía a la
propuesta de J.C.Mariátegui de una Revolución Socialista que cumpliese las
tareas democráticas rezagadas (como por ejemplo fuese el caso de la
Revolución de Octubre de 1917), basada en las características particulares
de la sociedad peruana de entonces. En resumidas cuentas, tras su carácter
"insurreccional" el APRA tenía modestos y conservadores objetivos de
desarrollo del capitalismo nacional.
ANTES EL APRA AHORA MOVADEF
Hoy, tras una cruenta guerra civil en que se enfrentó el terror "rojo" y el
terror "blanco" (el oficial promovido por la Dictadura Fuji-Montesinista),
se deniega la inscripción electoral al Movadef, calificado de organismo de
fachada de Sendero Luminoso, y quienes principalmente promueven ello son
nada menos que los apristas y por supuesto, los miembros o ex miembros de
la Fuerzas Armadas.
Causa hilaridad ver a Alan García o a Velásquez Quesquén señalando el
peligro de la inscripción del "terrorista" Movadef. ¿Han leído sus
documentos y los del propio Sendero Luminoso?. ¿Conocen cuál es su objetivo
tras la cruenta guerra civil que impulsó?. ¿Una Revolución Socialista?.
Nada que ver. Es nada menos que desbrozar el desarrollo del capitalismo
nacional impedido por una "semifeudalidad" que, según ellos, "se
profundiza", sentando asi las bases del futuro socialismo. ¿Dictadura del
proletariado?. Nada que ver. Dictadura conjunta de las 4 clases entre las
que incluyen a la burguesía nacional y a la pequeña burguesía. ¿Eso es
Socialismo?. Los invito a una relectura de "*El antimperialismo y el Apra*"
y la estrategia de Sendero, y luego releer el "*Punto de vista
antiimperialista*" de J.C. Mariátegui. Descubrirán inimaginables
coincidencias entre los primeros y evidentes divergencias de ambos con el
segundo.
Solo existe entre los planteamientos del Apra auroral y los del Movadef y
Sendero Luminoso una diferencia, ellos pretenden realizar en el Poder lo
que el Gobierno neoliberal de Alan García ya realizó, descubierta la unión
y no discrepancias entre los capitalistas nacionales y los transnacionales.

Gustavo Pérez Hinojosa
--
Luis Anamaría http://socialismoperuanoamauta.blogspot.com/
http://centenariogeorgettevallejo.blogspot.com/
http://socialismoperuano.blog.terra.com.pe/
cel 993754274

jueves, 26 de enero de 2012

CONVERSANDO CON JOSÉ LUIS AYALA 26/01/12



En el Volcan, numero 5, no te lo pierdas

---
From: Ricardo Melgar <melgarr@gmail.com>
Date: Thu, 26 Jan 2012 17:18:24 -0600
Subject: En el Volcan, numero 5, no te lo pierdas
To:
[image: volcan.jpg] <http://www.enelvolcan.com/>
<http://www.enelvolcan.com/ediciones/2012/5-enero-2012>
*Revista En el Volcán, Núm. 5, enero de 2012*
*En este número, desde la arqueología, Hortensia de Vega comenta en
relación a dos de los factores que hacen evidente la repetitiva espiral de
los procesos civilizatorios. Desde la filosofía, y dando la bienvenida a la
colega argentina radicada en nuestro país, Ana María Rivadeo, su artículo
"epistemología del terror", aborda el tema de la violencia en México. Desde
la visión de la historia y sociedad novohispana, Rafael Gutiérrez comenta
que su expresión más clara en la arquitectura fueron los conjuntos
monacales establecidos a la orilla de las rutas comerciales prehispánicas;
una de ellas, la ruta del volcán. Ricardo Melgar se ocupa a su vez del
capital depredador en el monte de Huitzilac, en un proceso añejo que por
desgracia continúa en el estado de Morelos. Fernando Sánchez, a su vez, da
seguimiento al tema de las artesanías mexicanas, ahora sobre el juguete
tradicional.*
Editorial: Cielos grises para la
humanidad<http://www.enelvolcan.com/ene2012/78-editorial-cielos-grises-para-la-humanidad>
Redacción en el Volcán
Vivimos tiempos cuasi apocalípticos en el imaginario social. Padecemos un
neoliberalismo agónico que ha sumido en la crisis y en la desesperanza a la
mayoría mundial y nacional, pero que no ha renunciado a sus entusiasmos por
medrar a costa de la vida. Leer
más...<http://www.enelvolcan.com/ene2012/78-editorial-cielos-grises-para-la-humanidad>
La repetitiva espiral de los procesos
civilizatorios<http://www.enelvolcan.com/ene2012/79-la-repetitiva-espiral-de-los-procesos-civilizatorios>
Hortensia de Vega Nova
Espacio y tiempo. Aquí, en este preciso momento, el binomio hombre-sociedad
sostiene una relación claramente decadente: en el cotidiano de los
ciudadanos mexicanos se ha permeado el narcomenudeo, la inseguridad, el
asesinato y el secuestro; la hambruna que va abarcando cada día a un mayor
porcentaje de la población; la escasa oferta de empleo que desencadena la
desesperación del ciudadano orillándolo a cometer ilícitos para llevar
comida a sus hogares; una fuerza de trabajo desalentada que recibe
anualmente aumentos salariales irrisorios, denigrantes y vergonzosos. Leer
más...<http://www.enelvolcan.com/ene2012/79-la-repetitiva-espiral-de-los-procesos-civilizatorios>
Palabra y violencia: sobre una epistemología del
terror<http://www.enelvolcan.com/ene2012/80-palabra-y-violencia-sobre-una-epistemologia-del-terror>
Ana María Rivadeo
En efecto, las correlaciones entre una empresa de destrucción y el espacio
de las palabras no son fáciles ni evidentes. Hay una exclusión recíproca
entre palabra y violencia. Y sin embargo, al mismo tiempo, el compromiso
ético de hablar, de dar testimonio, de nombrar contra el silencio es un
punto de partida. Porque en materia de violencia callar es mortífero. Pero
asimismo hablar no es inocente. Leer
más...<http://www.enelvolcan.com/ene2012/80-palabra-y-violencia-sobre-una-epistemologia-del-terror>
La ruta del volcán <http://www.enelvolcan.com/ene2012/81-la-ruta-del-volcan>
Rafael Gutiérrez
Con es artículo damos principio a la publicación de las seis rutas de
monasterios construidos en el actual Estado de Morelos, durante el siglo
XVI; es mi deseo que ayude al conocimiento de nuestro Patrimonio Histórico
y Cultural y que este conocimiento nos impulse a conservarlo. Leer
más...<http://www.enelvolcan.com/ene2012/81-la-ruta-del-volcan>
Cuernavaca y la urbanización depredadora del
monte<http://www.enelvolcan.com/ene2012/82-cuernavaca-y-la-urbanizacion-depredadora-del-monte>
Ricardo Melgar Bao
La gran mayoría de los habitantes de la ciudad de Cuernavaca, pero también
de los asentamientos alteños de Huitzilac y Tres Marías, hemos naturalizado
el proceso de urbanización del monte y le hemos conferido sentidos
positivos, desechando las advertencias y recomendaciones ambientalistas. Leer
más...<http://www.enelvolcan.com/ene2012/82-cuernavaca-y-la-urbanizacion-depredadora-del-monte>
Juguetes tradicionales
mexicanos<http://www.enelvolcan.com/ene2012/83-juguetes-tradicionales-mexicanos>
Fernando Sánchez-Martínez
El juego es la principal ocupación de los niños. Desarrolla un papel muy
importante, pues por medio del juego, los pequeños experimentan, aprenden,
reflejan y transforman activamente la realidad. Los niños crecen a través
del juego. Leer
más...<http://www.enelvolcan.com/ene2012/83-juguetes-tradicionales-mexicanos>

*Además 4 nuevos videos recomendados:*
*acerca de la represión, secuestro, extorsión y violación de los migrantes
centroamericanos en México por parte de las autoridades gubernamentales y
el sicariato... *
www.enelvolcan.com

--
Dr.Ricardo Melgar Bao
melgarr@gmail.com
Área de Antropología Social
Centro INAH Morelos
Matamoros 14, Colonia Acapatzingo, Cuernavaca, Morelos, México.62440.
Teléfax (0052 777) 312 31 08

LA BATALLA DE BERLIN


JORGE FUENTES MORUA, , JOSE REVUELTAS UNA BIOGRAFIA INTELECTUAL

Jueves 26 de enero 5.30 pm Homenaje a JOSÉ MARÍA ARGUEDAS en el Salón General del Centro Cultural de San Marcos


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NOTA DE PRENSA
 
 
El 2011 ha sido, en todo el paìs, un año de júbilo y alegría, pero también de reflexión y compromiso. En todo el país se ha celebrado, de diversas maneras, el Centenario del Nacimiento del Amauta José Marìa Arguedas.
 
Desde la declaración del 2011 como Año del Centenario de Josè Marìa Arguedas por parte de numerosas organizaciones sociales, polìticas y culturales, se ha demostrado la extraordinaria vigencia de la obra de Arguedas.
Por ello, quienes nos sentimos identificados con el legado arguediano, creemos que no se puede detener la acciòn de su defensa, difusiòn y desarrollo.  
 
En este sentido,  Centro Universitario de Folklore de la UNMSM  y los Encuentros Arguedianos, invitamos a todo el pùblico amante de la cultura nacional, al Homenaje por el 101º Aniversario del Nacimiento del Amauta "José María Arguedas", a realizarse el jueves 26 de enero a las 5:00 pm. en el Salón General del Centro Cultural de San Marcos.  
 
"Arguedas : Ayer y Hoy" es el tema del conversatorio que tendrá como ponentes al Dr. Mauro Mamani y el Lic. Rommel Plasencia. En la parte artística participaran: Leo Casas, El Dúo Altiplano, Nila Villanueva "Estrellita de Pomabamba", Margot Palomino, Julio Humala, Juan Chafloque, Los Hnos. Collazos, Los Galanes de Chuquibamba, el Dúo Simpay, Rolando Carrasco, Armando Becerra, el elenco del Taller de Danzas, el Conjunto de Zampoñas de San Marcos, Los Danzantes de Tijeras de Huancavelica, Ricardo Elías, Mariano Molleda y otros artistas.
INGRESO LIBRE
 
                              Agradecemos la difusión


CONVERSANDO DE CINE CON ARMANDO ROBLES GODOY


PACARINA DEL SUR : ENTREVISTA A ESCRITOR MIGUEL ARRIPASPLATA SOBRE SU RECIENTE LIBRO


NOTA  BLOG SOCIALISMO PERUANO

EL AÑO PASADO SOLICITAMOS UNA ENTREVISTA CON EL ESCRITOR MIGUEL ARRIBASPLATA, NOS CITO EN EL CENTRO DE LIMA, NO CUMPLIÓ CON ACUDIR A LA CITA, NO HUBO DISCULPAS DEL CASO. A PESAR DE ELLO PUBLICAMOS LA ENTREVISTA AMABLEMENTE PROPORCIONADA POR PACARINA DEL SUR.

BSPA 26/01/2012

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Miguel Arribasplata nació en el distrito de San Pablo, Cajamarca en 1951, cuenta con un Magíster en Ciencias de la Educación, con mención en Lengua y Literatura, por la Universidad Nacional de Educación Enrique Guzmán y Valle, de La Cantuta. Lima, Perú. Ha obtenido el Primer Premio en el concurso de cuento breve convocado por el diario La Crónica (1985) y el Primer premio en el concurso de cuento Francisco Izquierdo Ríos convocado por la Asociación Nacional de Escritores y Artistas. ANEA (1987). Entre sus publicaciones más recientes se encuentran: Lucía y otros cuentos (2000), Bajada de reyes (2001) y Julián Huanay y la literatura proletaria en el Perú (2007).
Palabras clave: Arribasplata, Perú

La guerra interna que se vivió en el Perú, desde 1980 al año 2000, no solamente conmocionó a toda la sociedad peruana, sino que también impactó en el quehacer de los científicos sociales y en los creadores artísticos y literarios.
Fueron 20 años violentos y traumáticos que se sintió en gran parte del país, y que se inició en mayo de 1980, cuando el Partido Comunista Peruano por el Sendero Luminoso de José Carlos Mariátegui (PCP-SL), acordó iniciar la lucha armada en las serranías de Ayacucho, se propuso cercar la ciudad capital, asaltar y tomar el poder, y luego construir una “República de Nueva Democracia”. En 1984, la situación se intensifica cuando el Movimiento Revolucionario Túpac Amaru (MRTA) inicia su propia acción subversiva contra el Estado desde las provincias amazónicas.
Según el Informe Final de la Comisión de la Verdad y Reconciliación (2003), este enfrentamiento entre los grupos alzados en armas y las fuerzas contrasubversivas del Estado, produjo un saldo de más de 70 mil víctimas de la violencia, la mayoría eran pobladores campesinos andinos, analfabetos y quechua hablantes que vivían en una notoria situación de pobreza y exclusión social, y que sobrevivieron “atrapados entre dos fuegos”.
Algunos de los actuales narradores han incorporado la temática de la violencia política, específicamente el conflicto armado, en el discurso de sus creaciones, dando fe de su condición de testigos de su tiempo histórico y de su clase social. La narrativa que nos ofrece una perspectiva burguesa de la guerra son las novelas de Mario Vargas Llosa (n. 1936): La historia de Mayta(1984) y Lituma en los Andes (1993); algunos cuentos de Alonso Cueto (n. 1954) incluidos en Pálido cielo (1998) y su novela La hora azul (2005). En la narrativa de orientación popular destacan las novelas de Félix Huamán Cabrera (n.1943) Noche de relámpagos (2001) y Qantu flor y tormenta (2006). En algunos cuentos de Dante Castro (n. 1959) que se incluyen en Otorongo y otros cuentos (1986), Parte de combate (1991), Tierra de pishtacos (1992) y Cuando hablan los muertos (1998). Finalmente, la novela Rosa Cuchillo (1997) de Oscar Colchado (n. 1947). Aún la investigación literaria nos debe una evaluación crítica sobre esta producción narrativa que se gestó en esta etapa crucial de nuestra historia.
Una de las pocas novelas que narra la guerra interna de manera directa, descarnada y que se ha convertido rápidamente en motivo de conversación y reflexión en los ámbitos literarios y académicos, es La niña de nuestros ojos de Miguel Arribasplata Cabanillas (n. 1951), editada a inicios del 2010, por el Grupo Editorial Arteidea, y que consta de 207 páginas.
El título de la novela alude a la denominación que los líderes del PCP-SL, tomado de una cita de Lenin, le atribuían al partido como “la niña de nuestros ojos”, por el celo y lealtad que deberían tener los militantes.
La novela tiene como portada un bello óleo de Josué Sánchez (n. 1945), cuya producción expresa una temática que resemantiza los signos del indigenismo andino. Sus pinturas pertenecen al denominado arte popular de estilo naif, se caracterizan porque no trabaja la tridimensionalidad del claro obscuro, del efecto visual que crea el volumen. Sus personajes y situaciones son figuras planas aunque con mucho colorido, que están ubicados principalmente en escenarios rurales, transmitiéndonos la mitología, cosmovisión, tradición y costumbres propios del hombre andino.
Miguel Arribasplata nació en el distrito de San Pablo, Cajamarca (sierra norte del Perú), es
Magíster en Ciencias de la Educación, con mención en Lengua y Literatura, por la Universidad Nacional de Educación Enrique Guzmán y Valle. La Cantuta. Lima, Perú. Se desempeña como docente universitario. Su producción literaria está conformada por las siguientes novelas: Tierra sin cosecha (1978), Los tres estamentos (1986), Obdulia de los alisos (1989), Bajada de reyes(2001). Sus libros de cuentos: Tandal (1982), Sacramento Chanducas (1987), Lucía y otros cuentos (2000). Y su ensayoJulián Huanay y la literatura proletaria en el Perú (2007). Ha obtenido el Primer Premio en el concurso de cuento breve convocado por el diario La Crónica (1985) y el Primer premio en el concurso de cuento Francisco Izquierdo Ríos convocado por la Asociación Nacional de Escritores y Artistas. ANEA (1987).
PACARINA DEL SUR llegó hasta el autor y sostuvo una grata conversación.

PACARINA DEL SUR (PS): El tema de la violencia como leit motiv en tu narrativa no es nuevo, de alguna manera está presente en tus anteriores libros de ficción.
MIGUEL ARRIBASPLATA (MA): Tengo publicado cinco novelas: Agosto todo el año, Tierra sin cosecha, Los tres estamentos, Obdulia de los Alisos, Bajada de reyes y un libro de relatos Tandal. Las novelas Agosto todo el año, Los tres estamentos yBajada de reyestienen como temática la vida universitaria, con sus relaciones con la política y la lucha ideológica de los jóvenes estudiantes de las décadas del 70 y del 90 del siglo pasado; Obdulia de los Alisos es el monólogo de una mujer pobre del pueblo de San Pablo, Cajamarca, a través del cual se enfoca la vida y los avatares de los habitantes; todo ello haciendo uso de consejas, dichos y refranes populares y de un tema satírico o pleno de humor.

PS: ¿Hasta qué punto nuestros grandes íconos literarios te han impactado como lector y narrador?
MA: En realidad, no tengo ningún  autor preferido. Cuando leí a Ciro Alegría vi que ese era el mundo de donde yo provenía y El mundo es ancho y ajeno fue una especie de aviso o premonición de la novela épica que debía hacer.
La dedicatoria de Agua, de José María Arguedas: A los comuneros de la hacienda Viseca… me conmovió bastante, porque me volvió a  mis años de infancia, a la época de arricría, de la compra de ganado al lado de mi padre, por las campañas feraces de San Pablo, donde palpé de cerca la vida en las haciendas y el trabajo azaroso de los hombres y mujeres. Más me interesaba la vida de las señoras y señoritas ordeñadoras y cocineras, con quienes conversaba al lado del fogón mientras se secaba la ropa húmeda por las intensas lluvias del camino. Será por eso que en mi obra siempre las mujeres son protagonistas.
Fue Mario Vargas Llosa y su obra lo que más me interesó leer. Desde que leí por primera vez La ciudad y los perrosno dejé de seguir la narrativa vargasllosiana. Con verdadero arrebato traté de “descubrir” la técnica y el estilo de este autor, al punto de que a veces no dormía bien pensando en sus libros. Toda mi narrativa, me  parece, es la búsqueda de un estilo, de un lenguaje dentro del lenguaje, que permita que mi escritura no sea lenta. Me desespera la morosidad, la lentitud narrativa – que el lector arroje mi libro al trasto de desechos, por lentos. Y Vargas Llosa me ha formado, por decirlo así.
También de Hemingway aprendí el manejo eficaz de los diálogos y la persistencia para escribir. Juan Rulfo me “asustó”, me instaló en mi mundo rural con todas sus vivencias. Obdulia de los Alisos fue escrita bajo el influjo rulfiano, pero socarronamente, lejos de la moda neoindigenista. Gran Sertón: Veredas, de Guimarães Rosa fue el libro que también me marcó, porque me instaló otra vez en los grandes viajes a caballo y con gran conversa, La niña de nuestros ojos tiene una deuda con el maestro brasileño.
Pero los maestros que me impactaron o ayudaron a definir la existencia literaria fueron mi padre, don Jacinto Arribasplata Díaz, señor de caminos, de infinitas conversas, de lucha social. Y Don Víctor Mazzi Trujillo, poeta autodidacta, quien templó mi vocación con mucha disciplina y lecturas.

PS: ¿Cuál fue la motivación o interés personal que te llevó a redactar La niña de nuestros ojos?
MA: La motivación personal, que me llevó a escribir La niña de nuestros ojosfue ideológica, ya en mi novela Los tres estamentos enfoqué la vida política de los jóvenes estudiantes universitarios de izquierda, y me quedó el sinsabor de no poder escribir una obra de más alcance; me pareció muy encerrada esta novela. Así que cuando estalló el conflicto armado, un escritor mayor me dijo: “Se debería escribir acerca de este acontecimiento, no importa que se lo haga con ciertas carencias o impericias técnicas”. Desde 1990, me fui preparando, acopiando mentalmente información, leyendo lo que se decía y lo que no se decía acerca de la guerra.
La literatura de la Gran Guerra Patria, de Rusia, me nutrió en poco. Máximo Gorki, con los diálogos de La madre, Hemingway, en Por quién doblan las Campanas. Pero, ante todo, César Vallejo con su España aparta de mí este cáliz y su obra toda, me dieron mayores luces. La caída de Abimael Guzmán [líder del PCP - SL] fue una vuelta de tuerca para lo que iba a escribir: ahí, de modo tan patético y simple, aparecía el líder, con un dedo en la sien, sentado y rodeado de presurosas y anonadadas mujeres. A partir de ese momento me preparé mejor para escribir la novela. Aparecieron cuentos, poesía y narrativas largas: unas tremendistas, puro concierto de balas azucaradas de violencia por la violencia; otras, envueltas en mitologías inventadas o traspasadas al mundo andino; algunas, con amores frustrantes o con piedad de por medio. Y  Abril rojo (de Santiago Roncagliolo), con toda su truculencia mediática.
Nueve años pasados en la ciudad de Abancay, recorriendo sus pueblos, mi visita al archivo documental de la Comisión de la Verdad y Reconciliación y otras lecturas, me motivaron para redactar la novela, gracias a mi estadía en Lima y, en especial, en la Universidad Nacional de Educación Enrique Guzmán y Valle, La Cantuta, de donde egresé y a la que volví cargado de mundo. El reto más difícil que tuve que asumir fue convertir el discurso político en literatura, con el peligro de caer en lo panfletario; además  no hay tanta novela política como tradición literaria en el Perú, así como el desarrollo del humor. Pocas novelas peruanas  tienen sentido  del humor. Julio Ramón Ribeyro fue mi maestro del humor y del sarcasmo.

PS: En La niña de nuestros ojos no existen protagonistas principales, existe una suerte de protagonismo colectivo: los destacamentos de guerrilleros, las fuerzas contrasubversivas y los ronderos.
MA: No quería desarrollar una historia única, porque la contienda no tuvo un héroe distintivo que vaya hacia la culminación épica con la toma del poder, como sucedió en Rusia, China o Cuba. Además, desde Obdulia de los Alisos y Bajada de reyes, ese es, por decirlo así, mi estilo narrativo.

PS: Un aspecto que es interesante en la novela es la incorporación, en el relato, de  poemas, canciones, ...
MA: Los poemas los incorporé de modo soterrado, aprendiendo de lo que hace Gabriel García Márquez. Las canciones populares las puse no considerando tópicos almibarados o composiciones de autores oficiales o consagrados, sino midiendo los gustos y preferencias del público mayor: el pueblo. Algunos narradores se avergüenzan de poner canciones populares muy festivas o que recojan la idiosincrasia del pueblo.

PS: Otro aspecto a destacar es el uso de la llamada técnica cinematográfica en la narración, es decir La niña de nuestros ojos no es una historia lineal, el discurso narrativo está fragmentado en hechos pasados o simultáneos.
MA: El discurso narrativo está fragmentado porque así me siento cómodo para narrar más hechos o sucesos, para no demorar con las descripciones. Además, porque me procura un gran placer a la hora de narrar más hechos o sucesos, para no demorar con las descripciones. Gozo mucho cuando escribo con la técnica del rompimiento del tiempo y del espacio; es el único momento en que descanso narrando. A las descripciones un tanto largas sólo acudo cuando quiero seguir a Ciro Alegría en SuSerpiente de oro, o a José María Arguedas, en Yawar Fiesta Los ríos profundos.

PS: En la historia aludes a hechos que sucedieron en la realidad y que han marcado en la memoria de la sociedad: la matanza de Barrios Altos, el asesinato a María Elena Moyano, etc.
MA: Pueda ser que sí, pero esos hechos acaecieron no solamente en Lima sino en todos los lugares del conflicto.

PS: ¿Admites que el narrador omnisciente toma partido o se identifica con uno de los protagonistas colectivos antagónicos de la novela?
MA: Si bien es cierto que hay un narrador omnisciente, este se vuelve o trata de ser impersonal. Lo tomé de Gustavo Flaubert. No me compadezco de nadie, ni trato de ser parcial: los acontecimientos y las situaciones se dan, claro está que hay una visión personal o conceptual que subyace en la novela; pero, retomando un título de Carlos Eduardo Zavaleta: Pálido, pero sereno, sigo narrando y describiendo.

PS: La niña de nuestros ojos no posee una estructura novelesca similar a la novela clásica burguesa (inicio, desarrollo, nudo, clímax y desenlace), la historia está conformada por una sucesión de acontecimientos que viven los destacamentos guerrilleros y las fuerzas contrasubversivas, como si fuera una crónica periodística.
MA: Crónica periodística, lente sociológico, poesía, fiesta de la palabra, discurso político, costumbres, neoindigenismo, westernsocial, polifonía de voces etc. Pero, ante todo, novela, es lo que busqué hacer. ¿Cuánto lo logré?… queda a criterio del lector.

PS: ¿Hasta qué punto tu producción novelesca tiene una deuda literaria con Alegría, Arguedas, Scorza y Gutiérrez?
MA: Mi deuda es con mi padre y con Víctor Mazzi, Alegría, Arguedas, Rulfo, Guimaraes Rosa,  Faulkner y Mario Vargas Llosa.

PS: ¿Qué opinión te merece la literatura peruana actual?
MA: La posmodernidad hace publicar cualquier narrativa que tiene desencuentros con el Perú y sus baguazos [violenta represión del gobierno de Alan García contra las poblaciones amazónicas que defendían sus territorios de la voracidad depredadora de las empresas transnacionales mineras, petroleras, madereras y gasíferas, ocurrida en la ciudad de Bagua en abril del 2009].

PS: ¿Cuáles son tus futuros proyectos literarios?
MA: Descansar de los tres años y medio de escritura “feroz”, que la novela me trajo. Pasear con mi esposa Evelyn y mis hijos Alondra y Miguel por el Perú andino, para escribir relatos o una novela con personajes femeninos como protagonistas. Releer a Proust y a Thomas Mann.

ENTREVISTA A MIGUEL ARRIBASPLATA LA LUCHA ARMADA EN EL PERU A TRAVÉS DEL LA NIÑA DE NUESTROS OJOS EN PACARINA DEL SUR Nº9

NOTA  BLOG SOCIALISMO PERUANO

EL AÑO PASADO SOLICITAMOS UNA ENTREVISTA CON EL ESCRITOR MIGUEL ARRIBASPLATA, NOS CITO EN EL CENTRO DE LIMA, NO CUMPLIÓ CON ACUDIR A LA CITA, NO HUBO DISCULPAS DE CASO. A PESAR DE ELLO PUBLICAMOS LA ENTREVISTA AMABLEMENTE PROPORCIONADA POR PACARINA DEL SUR.
BSPA 26/01/2012

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Miguel Arribasplata nació en el distrito de San Pablo, Cajamarca en 1951, cuenta con un Magíster en Ciencias de la Educación, con mención en Lengua y Literatura, por la Universidad Nacional de Educación Enrique Guzmán y Valle, de La Cantuta. Lima, Perú. Ha obtenido el Primer Premio en el concurso de cuento breve convocado por el diario La Crónica (1985) y el Primer premio en el concurso de cuento Francisco Izquierdo Ríos convocado por la Asociación Nacional de Escritores y Artistas. ANEA (1987). Entre sus publicaciones más recientes se encuentran: Lucía y otros cuentos (2000), Bajada de reyes (2001) y Julián Huanay y la literatura proletaria en el Perú (2007).
Palabras clave: Arribasplata, Perú

La guerra interna que se vivió en el Perú, desde 1980 al año 2000, no solamente conmocionó a toda la sociedad peruana, sino que también impactó en el quehacer de los científicos sociales y en los creadores artísticos y literarios.
Fueron 20 años violentos y traumáticos que se sintió en gran parte del país, y que se inició en mayo de 1980, cuando el Partido Comunista Peruano por el Sendero Luminoso de José Carlos Mariátegui (PCP-SL), acordó iniciar la lucha armada en las serranías de Ayacucho, se propuso cercar la ciudad capital, asaltar y tomar el poder, y luego construir una “República de Nueva Democracia”. En 1984, la situación se intensifica cuando el Movimiento Revolucionario Túpac Amaru (MRTA) inicia su propia acción subversiva contra el Estado desde las provincias amazónicas.
Según el Informe Final de la Comisión de la Verdad y Reconciliación (2003), este enfrentamiento entre los grupos alzados en armas y las fuerzas contrasubversivas del Estado, produjo un saldo de más de 70 mil víctimas de la violencia, la mayoría eran pobladores campesinos andinos, analfabetos y quechua hablantes que vivían en una notoria situación de pobreza y exclusión social, y que sobrevivieron “atrapados entre dos fuegos”.
Algunos de los actuales narradores han incorporado la temática de la violencia política, específicamente el conflicto armado, en el discurso de sus creaciones, dando fe de su condición de testigos de su tiempo histórico y de su clase social. La narrativa que nos ofrece una perspectiva burguesa de la guerra son las novelas de Mario Vargas Llosa (n. 1936): La historia de Mayta(1984) y Lituma en los Andes (1993); algunos cuentos de Alonso Cueto (n. 1954) incluidos en Pálido cielo (1998) y su novela La hora azul (2005). En la narrativa de orientación popular destacan las novelas de Félix Huamán Cabrera (n.1943) Noche de relámpagos (2001) y Qantu flor y tormenta (2006). En algunos cuentos de Dante Castro (n. 1959) que se incluyen en Otorongo y otros cuentos (1986), Parte de combate (1991), Tierra de pishtacos (1992) y Cuando hablan los muertos (1998). Finalmente, la novela Rosa Cuchillo (1997) de Oscar Colchado (n. 1947). Aún la investigación literaria nos debe una evaluación crítica sobre esta producción narrativa que se gestó en esta etapa crucial de nuestra historia.
Una de las pocas novelas que narra la guerra interna de manera directa, descarnada y que se ha convertido rápidamente en motivo de conversación y reflexión en los ámbitos literarios y académicos, es La niña de nuestros ojos de Miguel Arribasplata Cabanillas (n. 1951), editada a inicios del 2010, por el Grupo Editorial Arteidea, y que consta de 207 páginas.
El título de la novela alude a la denominación que los líderes del PCP-SL, tomado de una cita de Lenin, le atribuían al partido como “la niña de nuestros ojos”, por el celo y lealtad que deberían tener los militantes.
La novela tiene como portada un bello óleo de Josué Sánchez (n. 1945), cuya producción expresa una temática que resemantiza los signos del indigenismo andino. Sus pinturas pertenecen al denominado arte popular de estilo naif, se caracterizan porque no trabaja la tridimensionalidad del claro obscuro, del efecto visual que crea el volumen. Sus personajes y situaciones son figuras planas aunque con mucho colorido, que están ubicados principalmente en escenarios rurales, transmitiéndonos la mitología, cosmovisión, tradición y costumbres propios del hombre andino.
Miguel Arribasplata nació en el distrito de San Pablo, Cajamarca (sierra norte del Perú), es
Magíster en Ciencias de la Educación, con mención en Lengua y Literatura, por la Universidad Nacional de Educación Enrique Guzmán y Valle. La Cantuta. Lima, Perú. Se desempeña como docente universitario. Su producción literaria está conformada por las siguientes novelas: Tierra sin cosecha (1978), Los tres estamentos (1986), Obdulia de los alisos (1989), Bajada de reyes(2001). Sus libros de cuentos: Tandal (1982), Sacramento Chanducas (1987), Lucía y otros cuentos (2000). Y su ensayoJulián Huanay y la literatura proletaria en el Perú (2007). Ha obtenido el Primer Premio en el concurso de cuento breve convocado por el diario La Crónica (1985) y el Primer premio en el concurso de cuento Francisco Izquierdo Ríos convocado por la Asociación Nacional de Escritores y Artistas. ANEA (1987).
PACARINA DEL SUR llegó hasta el autor y sostuvo una grata conversación.

PACARINA DEL SUR (PS): El tema de la violencia como leit motiv en tu narrativa no es nuevo, de alguna manera está presente en tus anteriores libros de ficción.
MIGUEL ARRIBASPLATA (MA): Tengo publicado cinco novelas: Agosto todo el año, Tierra sin cosecha, Los tres estamentos, Obdulia de los Alisos, Bajada de reyes y un libro de relatos Tandal. Las novelas Agosto todo el año, Los tres estamentos yBajada de reyestienen como temática la vida universitaria, con sus relaciones con la política y la lucha ideológica de los jóvenes estudiantes de las décadas del 70 y del 90 del siglo pasado; Obdulia de los Alisos es el monólogo de una mujer pobre del pueblo de San Pablo, Cajamarca, a través del cual se enfoca la vida y los avatares de los habitantes; todo ello haciendo uso de consejas, dichos y refranes populares y de un tema satírico o pleno de humor.

PS: ¿Hasta qué punto nuestros grandes íconos literarios te han impactado como lector y narrador?
MA: En realidad, no tengo ningún  autor preferido. Cuando leí a Ciro Alegría vi que ese era el mundo de donde yo provenía y El mundo es ancho y ajeno fue una especie de aviso o premonición de la novela épica que debía hacer.
La dedicatoria de Agua, de José María Arguedas: A los comuneros de la hacienda Viseca… me conmovió bastante, porque me volvió a  mis años de infancia, a la época de arricría, de la compra de ganado al lado de mi padre, por las campañas feraces de San Pablo, donde palpé de cerca la vida en las haciendas y el trabajo azaroso de los hombres y mujeres. Más me interesaba la vida de las señoras y señoritas ordeñadoras y cocineras, con quienes conversaba al lado del fogón mientras se secaba la ropa húmeda por las intensas lluvias del camino. Será por eso que en mi obra siempre las mujeres son protagonistas.
Fue Mario Vargas Llosa y su obra lo que más me interesó leer. Desde que leí por primera vez La ciudad y los perrosno dejé de seguir la narrativa vargasllosiana. Con verdadero arrebato traté de “descubrir” la técnica y el estilo de este autor, al punto de que a veces no dormía bien pensando en sus libros. Toda mi narrativa, me  parece, es la búsqueda de un estilo, de un lenguaje dentro del lenguaje, que permita que mi escritura no sea lenta. Me desespera la morosidad, la lentitud narrativa – que el lector arroje mi libro al trasto de desechos, por lentos. Y Vargas Llosa me ha formado, por decirlo así.
También de Hemingway aprendí el manejo eficaz de los diálogos y la persistencia para escribir. Juan Rulfo me “asustó”, me instaló en mi mundo rural con todas sus vivencias. Obdulia de los Alisos fue escrita bajo el influjo rulfiano, pero socarronamente, lejos de la moda neoindigenista. Gran Sertón: Veredas, de Guimarães Rosa fue el libro que también me marcó, porque me instaló otra vez en los grandes viajes a caballo y con gran conversa, La niña de nuestros ojos tiene una deuda con el maestro brasileño.
Pero los maestros que me impactaron o ayudaron a definir la existencia literaria fueron mi padre, don Jacinto Arribasplata Díaz, señor de caminos, de infinitas conversas, de lucha social. Y Don Víctor Mazzi Trujillo, poeta autodidacta, quien templó mi vocación con mucha disciplina y lecturas.

PS: ¿Cuál fue la motivación o interés personal que te llevó a redactar La niña de nuestros ojos?
MA: La motivación personal, que me llevó a escribir La niña de nuestros ojosfue ideológica, ya en mi novela Los tres estamentos enfoqué la vida política de los jóvenes estudiantes universitarios de izquierda, y me quedó el sinsabor de no poder escribir una obra de más alcance; me pareció muy encerrada esta novela. Así que cuando estalló el conflicto armado, un escritor mayor me dijo: “Se debería escribir acerca de este acontecimiento, no importa que se lo haga con ciertas carencias o impericias técnicas”. Desde 1990, me fui preparando, acopiando mentalmente información, leyendo lo que se decía y lo que no se decía acerca de la guerra.
La literatura de la Gran Guerra Patria, de Rusia, me nutrió en poco. Máximo Gorki, con los diálogos de La madre, Hemingway, en Por quién doblan las Campanas. Pero, ante todo, César Vallejo con su España aparta de mí este cáliz y su obra toda, me dieron mayores luces. La caída de Abimael Guzmán [líder del PCP - SL] fue una vuelta de tuerca para lo que iba a escribir: ahí, de modo tan patético y simple, aparecía el líder, con un dedo en la sien, sentado y rodeado de presurosas y anonadadas mujeres. A partir de ese momento me preparé mejor para escribir la novela. Aparecieron cuentos, poesía y narrativas largas: unas tremendistas, puro concierto de balas azucaradas de violencia por la violencia; otras, envueltas en mitologías inventadas o traspasadas al mundo andino; algunas, con amores frustrantes o con piedad de por medio. Y  Abril rojo (de Santiago Roncagliolo), con toda su truculencia mediática.
Nueve años pasados en la ciudad de Abancay, recorriendo sus pueblos, mi visita al archivo documental de la Comisión de la Verdad y Reconciliación y otras lecturas, me motivaron para redactar la novela, gracias a mi estadía en Lima y, en especial, en la Universidad Nacional de Educación Enrique Guzmán y Valle, La Cantuta, de donde egresé y a la que volví cargado de mundo. El reto más difícil que tuve que asumir fue convertir el discurso político en literatura, con el peligro de caer en lo panfletario; además  no hay tanta novela política como tradición literaria en el Perú, así como el desarrollo del humor. Pocas novelas peruanas  tienen sentido  del humor. Julio Ramón Ribeyro fue mi maestro del humor y del sarcasmo.

PS: En La niña de nuestros ojos no existen protagonistas principales, existe una suerte de protagonismo colectivo: los destacamentos de guerrilleros, las fuerzas contrasubversivas y los ronderos.
MA: No quería desarrollar una historia única, porque la contienda no tuvo un héroe distintivo que vaya hacia la culminación épica con la toma del poder, como sucedió en Rusia, China o Cuba. Además, desde Obdulia de los Alisos y Bajada de reyes, ese es, por decirlo así, mi estilo narrativo.

PS: Un aspecto que es interesante en la novela es la incorporación, en el relato, de  poemas, canciones, ...
MA: Los poemas los incorporé de modo soterrado, aprendiendo de lo que hace Gabriel García Márquez. Las canciones populares las puse no considerando tópicos almibarados o composiciones de autores oficiales o consagrados, sino midiendo los gustos y preferencias del público mayor: el pueblo. Algunos narradores se avergüenzan de poner canciones populares muy festivas o que recojan la idiosincrasia del pueblo.

PS: Otro aspecto a destacar es el uso de la llamada técnica cinematográfica en la narración, es decir La niña de nuestros ojos no es una historia lineal, el discurso narrativo está fragmentado en hechos pasados o simultáneos.
MA: El discurso narrativo está fragmentado porque así me siento cómodo para narrar más hechos o sucesos, para no demorar con las descripciones. Además, porque me procura un gran placer a la hora de narrar más hechos o sucesos, para no demorar con las descripciones. Gozo mucho cuando escribo con la técnica del rompimiento del tiempo y del espacio; es el único momento en que descanso narrando. A las descripciones un tanto largas sólo acudo cuando quiero seguir a Ciro Alegría en SuSerpiente de oro, o a José María Arguedas, en Yawar Fiesta Los ríos profundos.

PS: En la historia aludes a hechos que sucedieron en la realidad y que han marcado en la memoria de la sociedad: la matanza de Barrios Altos, el asesinato a María Elena Moyano, etc.
MA: Pueda ser que sí, pero esos hechos acaecieron no solamente en Lima sino en todos los lugares del conflicto.

PS: ¿Admites que el narrador omnisciente toma partido o se identifica con uno de los protagonistas colectivos antagónicos de la novela?
MA: Si bien es cierto que hay un narrador omnisciente, este se vuelve o trata de ser impersonal. Lo tomé de Gustavo Flaubert. No me compadezco de nadie, ni trato de ser parcial: los acontecimientos y las situaciones se dan, claro está que hay una visión personal o conceptual que subyace en la novela; pero, retomando un título de Carlos Eduardo Zavaleta: Pálido, pero sereno, sigo narrando y describiendo.

PS: La niña de nuestros ojos no posee una estructura novelesca similar a la novela clásica burguesa (inicio, desarrollo, nudo, clímax y desenlace), la historia está conformada por una sucesión de acontecimientos que viven los destacamentos guerrilleros y las fuerzas contrasubversivas, como si fuera una crónica periodística.
MA: Crónica periodística, lente sociológico, poesía, fiesta de la palabra, discurso político, costumbres, neoindigenismo, westernsocial, polifonía de voces etc. Pero, ante todo, novela, es lo que busqué hacer. ¿Cuánto lo logré?… queda a criterio del lector.

PS: ¿Hasta qué punto tu producción novelesca tiene una deuda literaria con Alegría, Arguedas, Scorza y Gutiérrez?
MA: Mi deuda es con mi padre y con Víctor Mazzi, Alegría, Arguedas, Rulfo, Guimaraes Rosa,  Faulkner y Mario Vargas Llosa.

PS: ¿Qué opinión te merece la literatura peruana actual?
MA: La posmodernidad hace publicar cualquier narrativa que tiene desencuentros con el Perú y sus baguazos [violenta represión del gobierno de Alan García contra las poblaciones amazónicas que defendían sus territorios de la voracidad depredadora de las empresas transnacionales mineras, petroleras, madereras y gasíferas, ocurrida en la ciudad de Bagua en abril del 2009].

PS: ¿Cuáles son tus futuros proyectos literarios?
MA: Descansar de los tres años y medio de escritura “feroz”, que la novela me trajo. Pasear con mi esposa Evelyn y mis hijos Alondra y Miguel por el Perú andino, para escribir relatos o una novela con personajes femeninos como protagonistas. Releer a Proust y a Thomas Mann.

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