sábado, 24 de marzo de 2012

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Enviado: Sábado 24 de marzo de 2012 9:38
Asunto: PERU. POLITICA EXTERIOR INDEPENDIENTE Y SOBERANA

PERU. POLITICA EXTERIOR INDEPENDIENTE Y SOBERANA
Por GUSTAVO ESPINOZA M. (*)
La derecha más reaccionaria, que tiene en la mira al gobierno de
Ollanta Humala, dispara hoy su artillería pesada contra la política
exterior peruana. Para encubrir propósitos orientados finalmente a
quebrar el espinazo de la administración nacionalista, apunta su fuego
contra el canciller Rafael Roncagliolo, con quien tiene, por cierto,
viejas cuentas que ajustar.
El Canciller peruano, una personalidad independiente de dilatada
trayectoria, tuvo siempre posiciones progresistas y hoy colabora desde
Torre Tagle en la aplicación de su política exterior independiente y
soberana, acorde con el proceso peruano. Cumple su deber con altura y
dignidad, lo que desata el odio más fiero de los áulicos del Imperio.
Es bueno que se recuerde, por lo pronto, que por mandato
constitucional, la política exterior la dicta el Presidente de la
República y se ejecuta a través de la Cancillería. En ese marco, la
idea de asegurar para el Perú una política exterior de este corte, no
es atribuible al ministro del sector, sino al Jefe del Estado.
Precisamente él escogió a quien es ahora titular de ese portafolio,
para aplicar tal política, y no otra. Y porque esa es la línea de
trabajo del gobierno, la Cancillería ha impulsado acciones que la
derecha senil recusa enceguecida.
Hoy, hay dos temas que sirven para definir el marco general del debate
en esta materia: la actitud del Perú ante el gobierno de los Estados
Unidos, y la posición frente a Cuba. Para el gobierno del Presidente
Humala, Estados Unidos y Cuba son dos países iguales, amigos nuestros,
con los que queremos -y debemos- tener buenas relaciones, ejerciendo
ante ambos una política independiente y soberana y no aceptando
injerencia en los asuntos internos, que sólo competen a los peruanos.
Esa óptica, no la comparte la derecha más reaccionaria y sus
sicofantes instalados en posiciones de Poder o en Medios de largo
aliento. Para unos y otros, Estados Unidos es "la primera potencia
mundial" y está por lo tanto en la capacidad y el derecho de decidir
el rumbo de la humanidad. Nosotros debemos admitir, ante USA, nuestro
papel de fuerza subordinada y dependiente. Debemos aceptar,
humildemente, dominación y vasallaje. Así doblan la cerviz ante los
poderosos.
¿Y Cuba? Cuba es para ellos, algo así como la oveja descarriada en
nuestro continente. Hay que castigarla hasta que admita su error,
vuelva al redil y se someta a Washington como ocurrió con el Perú
durante muchos años.
La actitud ante la Casa Blanca es la piedra de toque que sirve a la
derecha más reaccionaria para diferenciar amigos de enemigos. Sus
amigos, más allá de nuestras fronteras, son quienes viven de rodillas
ante el garrote del Imperio. En el pasado reciente era fue la actitud
de Menen y otros figurones latinoamericanos; y hoy es, por cierto la
de los gobiernos más derechistas de América. Con ellos, García
inauguró no hace mucho su "alianza del Pacífico".
Y, por cierto, la actitud ante Cuba es clave. Si eres amigo de Cuba,
si le tiendes la mano a ese país, si lo defiendes, o si sólo no te
sumas a la jauría que clama por hundirla en el mar; entonces eres
"enemigo de la democracia" y "cómplice el totalitarismo". En ciertas
ocasiones la derecha va más allá, abre el abanico. Por eso demoniza al
Comandante Hugo Chávez, pero también a Evo Morales, Daniel Ortega y
Rafael Correa, a los que juzga "aliados de Castro" en el escenario
latinoamericano simplemente porque recusan la política agresiva del
Imperio contra la Patria de Martí y de Fidel.
Como parte de su estrategia de confrontación, y en el empeño por
aislar al gobierno peruano del concierto latinoamericano, los voceros
inoficiosos de la reacción concertada, atacan a la Cancillería porque
proclama su respeto a Cuba y demanda la libertad de los 5
antiterroristas encarcelados desde hace casi 14 años en las prisiones
de los Estados Unidos; porque está dispuesta a concertar acuerdos
petroleros y de otra índole con Caracas; porque no se suma a la
campaña contra el Presidente Correa; porque ve con simpatía a Evo
Morales y su gestión boliviana; en suma, porque obra en el concierto
de una nueva correlación de fuerzas en la región, que no favorece
precisamente las orientaciones del Imperio.
Pero, en el fondo, lo que saca de quicio a los Aldos y a las Cecilias
de este concierto melifluo de voces francamente isabelinas, es que el
Canciller haya declarado hasta en dos oportunidades -en Madrid y en
Montevideo- que Estados Unidos ya no es "la única potencia", que hoy,
hay un mundo multipolar en el que juegan un papel destacado China, la
India, la Unión Europea y UNASUR, es decir la unión de países
sudamericanos. A ellos hay que incluir ahora la Comunidad de Naciones
de América surgida recientemente. Una declaración de ese tipo ha sido
considerada algo así como una bofetada en el rostro de la Casa Blanca,
con la que debiéramos tener -a juicio de ellos- "las mejores
relaciones", de sometimiento y dependencia, por cierto.
Sin argumentos para sostener ahora sus puntos de vista, esos críticos,
particularmente indignados por el reciente incidente con los
británicos, en torno a la frustrada "visita" de La fragata HMS
Montrose con tropas y misiles, procedente de las Malvinas y en torpe
gira por la región; han optado por soltar brulotes insustentables y se
disponen incluso a tentar una Interpelación al Canciller de la
República en busca de su censura o dimisión. Al borde del llanto y de
la histeria por "la afrenta" a los británicos dicen que ése, fue "un
horroroso desaire" al gobierno inglés, un "gesto inamistoso", que no
revela sino la "incapacidad diplomática de la Cancillería".
Por si todo eso fuera poco, y mostrando su desesperación galopante,
aseguran que Argentina "nos traicionó", vendió armas al Ecuador en los
días de la Guerra del Cenepa, siendo uno de los países Garantes del
Protocolo de Río. Nada más despistado, por cierto. Argentina no nos
traicionó. Quien nos traicionó fue Carlos Saúl Menen, el Presidente
Neo Liberal de entonces en el país gaucho. Fue él quien le vendió las
armas a nuestro vecino del norte en ese conflicto, prevaricando su
condición de "País Garante" del Tratado de Límites de 1941. Los
argentinos, ni supieron de ese embrollo.
¿Y quién fue Menen? Amigo y admirador de Fujimori gobernó su país con
el mismo "modelo" que impuso aquí "el chinito de la yuca" y robó a su
antojo todo lo que tuvo a la mano, como ocurrió con el hoy
privilegiado reo de la DINOES. En otras palabras, Menen y Fujimori
fueron uña y mugre. Por eso se parecieron tanto. Y por eso hicieron
negocios comunes y defraudaron al unísono a sus pueblos. Pero hay un
asunto adicional en la materia: Cuando ese infausto acontecimiento
ocurrió, el Presidente del Perú era Alberto Fujimori. Y su Ministro de
Relaciones Exteriores, nada menos que Francisco Tudela. Pues bien ¿Qué
hicieron estos personajes de opereta para denunciar la felonía y
castigarla como era su deber? ¡Nada!. Ni siquiera la informaron al
país, que supo de eso posteriormente y a través de medios de
información del exterior. Años después, el Canciller de ese entonces
diría impúdicamente que no dijeron nada "para no deteriorar
las relaciones con Argentina".
Cuando Keiko Fujimori dice en su cuenta de Tiutter al actual
Canciller peruano "recuerde que Argentina hablaba de paz, pero le
vendió a Ecuador armas con las que dispararon a nuestros soldados",
debiera decir también que eso ocurrió cuando con el cómplice silencio
de su padre, y de su Canciller el flemático Francisco Tudela.
En el fondo, lo que no entienden estos caballeros -y nunca habrán de
entender- es que en temas de este tipo se manejan dos elementos
complementarios: la unidad regional indispensable para todos los
efectos, y la adhesión a un esquema de lucha contra el colonialismo y
toda forma de opresión y dependencia. Por lo demás, existe un
ineludible compromiso multilateral de solidaridad con Argentina, que
respaldan todos los países de UNASUR.
La presencia de la fragata inglesa en aguas de América constituye, en
las condiciones actuales, una abierta provocación, que se inscribe en
la política guerrerista de la OTAN. No otra cosa explica el que el
Reino Unido esté involucrado en una estrategia de guerra dictada por
la Casa Blanca y que afecta gravemente la paz mundial. En esa línea,
hoy desafía a nuestra región y maltrata a Argentina, a la que niega
soberanía sobre las Malvinas.
Y es que ahí asoma el segundo elemento clave: nosotros tenemos que
confirmar un rumbo internacional de rechazo al colonialismo en todas
sus formas, a la presión imperialista, y al ejercicio de mecanismos
coactivos contrarios a la libertad y a la dignidad de los Estados.
América debe respaldar unida la causa argentina sobre las Malvinas,
del mismo modo como debe luchar por el fin de todas las modalidades de
opresión en nuestro continente. Y debe hacerlo en el marco de una
estrategia global que comprometa a cada uno de los países de la
región. Para decirlo en términos más claros, en esa causa están no
sólo nuestros amigos, sino también nuestros intereses.
Así lo entiende el sentido común; pero así, precisamente, lo detesta
la furia desatada por los seniles súbditos del colonialismo inglés
(fin)
(*) Del Colectivo de Dirección de Nuestra Bandera /
http://nuestrabandera.lamula.pe

--
Luis Anamaría http://socialismoperuanoamauta.blogspot.com/
http://centenariogeorgettevallejo.blogspot.com/
http://socialismoperuano.blog.terra.com.pe/
cel 993754274

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